Archivo mensual: septiembre 2003

Lala

Desde siempre nos han dicho que primero es la obligación y después la devoción. Que el futuro es imprevisible, que primero es lo seguro y después lo incierto.

Yo te recuerdo sobre todo entre familia y pinceles, pero estos dos días en el tanatorio he visto que otros te recuerdan entre pupitres y amigos, entre cabalgatas y teatro, entre alumnos y arcilla.

Todo en la vida lo hiciste con pasión porque siempre hiciste lo que te apasionaba, por encima de dificultades e incertidumbres. Nos demostraste que en esta vida la única obligación es la devoción, y por eso tienes una plaza en Veguellina y un gran parque en todos nuestros corazones.

Pensabas que por todo esto te echaríamos tanto de menos que tu decisión fue irte despacio, para que no notáramos de pronto tu ausencia. Algunos dicen que era Alzheimer, pero yo sé que no es así. Y poco a poco te alejaste de las fiestas y carrozas, de los pupitres, el teatro y la arcilla, de los amigos y la familia. Te alejaste de caminar, hasta de hablar, dejando para lo último el lenguaje del amor, los gestos de cariño con los que desde hace unos días te despedías definitivamente.

Esta mañana he visto que el cielo está más azul y que son más hermosas las nubes, y soy feliz porque veo que has vuelto a coger los pinceles.

(Texto para el funeral de mi abuela Isabel)